miércoles, 23 de abril de 2014

Estupor y temblores: trabajar en Japón

M. Revetllat




"La forma apropiada de presentarse ante el emperador es mostrando estupor y temblores." 




Así empieza Estupor y temblores, una breve frase que introduce al lector a un mundo donde las jerarquías son más que respetadas, donde la mujer ocupa un plano secundario sea cual sea su cargo, donde los extranjeros son mantenidos al margen como una curiosidad social y donde cualquier acto, por pequeño que éste sea, puede desencadenar un sunami de acontecimientos. 

Amelie Nothomb, hija de un diplomático belga, nació en Japón y pasó su infancia y adolescencia por medio mundo, allí donde su padre era enviado. Algunas de sus novelas son, en parte, autobiográficas y otras son completamente inesperadas tanto en argumento como desenlace. 

En Estupor y temblores la protagonista llega a Japón para empezar a trabajar en una gran multinacional, pero pronto sus aspiraciones se verán frustradas, sus tareas serán cada vez más limitadas y su japonés nativo, más que una ayuda, a veces supondrá un problema.

No se puede leer este libro aislado, es conveniente visitar la bibliografía de la autora como por ejemplo Metafísica de los tubos, una peculiar visión de su infancia en Japón, y mis preferidos: Diario de Golondrina, en el que un mensajero con demasiado tiempo libre decide aceptar el trabajo de asesino a sueldo, y Las Catilinarias, título tomado de los célebres discursos de Cicerón, en la que un matrimonio de catedráticos jubilados, se instala en una casa en el campo para disfrutar del retiro con placidez, pero pronto sus extraños vecinos turbarán esta paz.

Feliz Sant Jordi y feliz Día del Libro.



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