Las emociones son contagiosas, y esto tiene su lado bueno y su lado malo. El lado bueno es que las personas positivas y alegres nos contagian su vitalidad. El lado malo es que hay personas que hacen justo lo contrario: nos agotan. Son las personas tóxicas, los vampiros emocionales.
Para tratar con personas así es importante tener en cuenta una primera cuestión: la gente no cambia. Hagamos lo que hagamos, no vamos a poder cambiar su forma de ser. Aceptar esto contribuirá a elevar nuestro nivel de tolerancia, y a centrarnos en tomar medidas que sí sean efectivas para protegernos de los vampiros emocionales.
Vamos a ver algunas de las estrategias que pueden adoptar estas personas, y cómo hacerles frente:
- Enfados desproporcionados. Todo el mundo tiene derecho a enfadarse, pero hay personas que utilizan el enfado como medida de presión para conseguir sus objetivos.
- Solución: actúa asertivamente, no permitas que te griten ni te falten al respeto. Abandona la conversación si esa persona no se calma.
- Chantaje emocional. Es una forma clara de intento de manipulación que utiliza el sentimiento de culpa o la necesidad que tenemos todas las personas de sentirnos valoradas. Si te sientes culpable por negar algo a alguien, o te incomoda tener que dar una respuesta determinada, es probable que estés siendo víctima de un chantaje emocional.
- Solución: mantente seguro de tí mismo. Si la otra persona tiene derecho a pedirte alguna cosa, tú también tienes derecho a negarte a ello. Si es necesario, utiliza la técnica del disco rayado: repetir una y otra vez tu negativa.
- Comentarios negativos. Hay personas que siempre encuentran el lado negativo a cualquier propuesta que hagamos, o a cualquier cosa que se les cruce por delante.
- Solución: en esta vida todo tiene su lado positivo y su lado negativo. Estas personas pueden ofrecernos un repaso de ese lado negativo, y eso podemos aprovecharlo. Pero no nos quedemos ahí, que su aportación nos sirva de contrapunto, pero no de tope.
Una última cuestión a tener en cuenta es que nosotros podemos modificar nuestro estado emocional siempre que lo deseemos.
Busca canciones que te animen, y asegúrate de poder escucharlas en los momentos en que lo necesites. Aprende técnicas de relajación y respiración que te ayuden a mantenerte en un buen tono. Haz una recopilación de historias inspiradoras que puedas repasar cuando necesites tener una emoción activadora. Date un paseo, o haz ejercicio físico, o ponte un fondo de pantalla alegre en el ordenador...
En definitiva: busca los estímulos que te hacen sentir bien, y ponlos en tu vida cuando lo necesites.
No hay comentarios:
Publicar un comentario