
En primer lugar, vamos a definir qué es el teletrabajo. El término tele procede etimológicamente del griego y quiere decir "a distancia". Por lo tanto, entenderíamos por teletrabajo un nuevo sistema de organización del trabajo en el que el empleado desarrolla una buena parte de sus tareas fuera de la empresa, mediante la utilización de las tecnologías de la Información y de la Comunicación (más conocidas como TIC).
La persona trabajadora se emplazaría para desarrollar sus funciones fuera del ámbito habitual, podría ser por ejemplo su propio domicilio, un cibercafé, un centro de negocios, un hotel, lugares públicos con acceso WIFI, etc. Y por medios telemáticos, englobaríamos el teléfono móvil, una tablet o un laptop, el correo electrónico, las videoconferencias, chats, sistemas de almacenamiento de información colgados en la nube, etc.
¿Pero qué beneficios y desventajas suponen para empleados y empresas la aplicación de este nuevo sistema de organización del empleo?
¿Pero qué beneficios y desventajas suponen para empleados y empresas la aplicación de este nuevo sistema de organización del empleo?
De entrada, para el teletrabajador implica una mayor flexibilidad laboral, una mejora en la conciliación de su vida personal con la profesional y en consecuencia, una mejora en su estado anímico que se traduce en una mayor productividad y sentimiento de fidelidad y compromiso hacia la empresa. Asimismo, este nuevo sistema de organización laboral, supone un ahorro de costes tangible en los desplazamientos y comidas del teletrabajador, que a su vez repercuten en un beneficio para la comunidad, pues la reducción de la circulación de vehículos, de transporte público y de posibles accidentes, favorece económicamente a la sociedad, supone un incremento de la seguridad y representa un beneficio para el medio ambiente. Además, el teletrabajo también se convierte en una opción para aquellos colectivos con dificultad de acceso al medio laboral por problemas de movilidad. Por lo tanto, podríamos afirmar que mediante este nuevo sistema de organizar el empleo, se obtendrían toda una serie de beneficios sociales, tan importantes como necesarios hoy en día.
Por otra parte, la flexibilidad laboral y los medios informáticos permiten también
incrementar la formación a distancia de los empleados, aumentando la
competividad de las empresas al desarrollar un capital humano cualificado y actualizado de manera permanente.
Pero no todo son ventajas para el teletrabajador o para la empresa. Veamos algunos de los handicaps que implica la implantación de este nuevo planteamiento organizativo del empleo:
La persona teletrabajadora obtiene una mayor autonomía, pero ésto exige una estricta organización y disciplina en las tareas asignadas. Resulta necesario que el teletrabajador determine unos horarios laborales y unos objetivos marcados a diario en el desempeño de sus funciones, incluyendo las pausas que correspondan como descanso, a fin de no tener la sensación de haber estado trabajando todo el día.
Por otra parte, se reduce el vínculo con los compañeros de la empresa. El aislamiento que supone trabajar a distancia debe ser asumible y éste puede ser también un aspecto que la empresa considere negativo, ya que se reduce el sentimiento de afiliación o de trabajo en equipo y de marca corporativa, aunque puedan convocarse reuniones periódicas vía chats, videoconferencias o presenciales.
Por su parte, las empresas obtienen también una serie de ventajas a través del teletrabajo, ya que se reducen los costes por la menor infraestructura necesaria (ahorro de costes inmobiliarios, plus de desplazamientos, tickets restaurante, seguros, etc). También permite mejorar el índice de productividad mediante la implementación de un trabajo por objetivos, puede también suponer un menor coste de producción al reducirse el ausentismo y el tiempo dedicado al control horario, ofrecer la posibilidad de expansionar la compañía geográficamente con una inversión mucho más atractiva, etc
Pero pese a estas ventajas, las empresas siguen cuestionándose y planteándose algunos obstáculos a la hora de poner en marcha este nuevo sistema de organización del trabajo, al surgir el temor a la pérdida de confidencialidad de la información compartida, del control en la evolución del trabajo desempeñado, de la eliminación de jerarquías, etc.
¿Qué opináis? ¿Tiene futuro el teletrabajo? Telehablemos...